jueves, 22 de febrero de 2007

Los transporte públicos II: el autobús


Continúo con otro capítulo de los medios de transporte públicos. Hoy le toca al autobús.

El autobús es bastante caótico, sobre todo cuando estás esperando a que llegue en una parada de bus. Es curioso como en España, no se si sigue una estricta fila para entrar en el autobús, y es que siempre hay alguien que se cuela. Esto en otros países no pasa.

Siempre tenemos prisa por entrar los primeros para coger un asiento antes que nadie. ¿Pero qué más da estar unos minutos más de pie? ¿Os imaginaís la gente corriendo para llegar a su casa y sentarse en una silla? Es casi lo mismo. Y en cuanto nos sentamos, nadie nos saca de ahí. Hay gente que se sienta en el asiento del pasillo, dejando el asiento de ventana vacío, ¿qué le cuesta sentarse al aldo de la ventana para no tener que molestar a quien se quiera sentar a nuestro lado? Hay mucho egoísmo.

Lo peor es cuando presencias las conversaciones de los demás. Curiosamente siempre llegan mujeres mayores que encuentra otra gente que conoce y se ponen a hablar. ¡Así de fácil!: ¡Qué tal María! ¿Cómo está tu marido? ¡¿Qué más me da a mi la vida de estas señoras?! Podrían cortarse un poco, a veces incluso cuentan sus historias médicas.

Pero no siempre los usuarios son los culpables. El conductor no se salva. Hay conductores muy antipáticos. Aunque ya cierran la puerta y han pasado un metro de la parada de bus, no te abren la puerta. Deben de estar muy amargados. Por supuesto, que hay algunos muy agradables. También hay otros que incluso tienen preparadas las monedas exactas para dar el cambio del billete, si es que los hay muy metódicos.

Desde luego, todos son iguales a la hora de saludarse. Siempre se saludan entre ellos si se cruzan dos autobuses. El próximo día: los metros y los trenes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi como me lleva Jeffrey en el Maybach, no me incomodan estas cosas..

Anónimo dijo...

el plan es kejarse...

Anónimo dijo...

Lo mejor de las conversaciones del bus, son las de las nenas, que te enteras de quién, aunque no la conozcas, es una guarra y de lo que ella se atreve a hacer que otras no ....